CIC Colectivo La silla

CIC Colectivo La silla
Chile

viernes, 29 de febrero de 2008

Miriam Reyes -Orense, Galicia- España, 1974



TE TENGO TODO MARCADO

como un yacimiento arqueológico.

No es extraer los restos de ti lo que persigo

–ruinas de una ciudad tallada en la arenisca–

lo que quiero es penetrarte

–taladrar la piedra de tu cuerpo–

y este sexo cóncavo de mujer

se vuelve inútil para mi deseo.



Cavo en tu ombligo

para entrar por el flujo de tu sangre.

Vacío mi espíritu como aire en tu boca

y con ojos acuosos te veo respirarme.

Ya se que no necesito de piel para tocarte

no es eso

yo quiero hacerme una cueva en tu cuerpo.



Flexiono tus rodillas bajo mis axilas

como los brazos de un taladro.

–Las aceras que rompo

son las de tu calle–.

Con mis pestañas barro

el polvo que levanto de tu frente

y no me detengo hasta que soy tú

y tu sexo es el mío hasta que soy yo

quien está dentro.




DESDE LA ORILLA QUE SÓLO ME LAMES

y que soy una alfombra de conchas vacías.

Pero donde ya no se hace pie

y los muertos flotan

soy la tierra en la que penetras y te filtras.



ME HE COLOCADO LA VENDA CON CUIDADO

–como un velo de novia–

y he caminado hasta el centro del corro

–como camino al altar–.

La gallinita ciega, la gallinita loca.

Ellos están ahí, pero sólo son fragmentos:

un par de brazos, un ojo abierto, un mentón…

Los voy acumulando.

Quiero hacer un montoncito con todos ellos

para construir mi castillo de arena

y sentarme a esperar la gran ola.

Tan pancha, tan loca

–como una reina–.



YO SÓLO QUERÍA BORRARTE DE MI CUERPO

Nada más.

Buscaba hombres como manoplas de crin para frotarme con fuerza

hasta eliminar toda la piel muerta.

Desmaquillarme con sus lenguas tu raya de mis ojos.

La máscara de pestañas.

Hombres exfoliantes, purificantes y tonificadores.

Yo no quería comer sus corazones prendérmelos del pelo hacerles budú.

Fuiste un pisapapeles y yo

este montón de hojas secas.

Los quise a todos pero ellos

cuando hambrienta comía de sus manos

cerraban el puño

apretando hasta doler

las horas que se escurren entre los dedos.



Breve reseña


Miriam Reyes (Orense, 1974). Estudió letras en la UCV, de Caracas (Venezuela), donde vivió durante casi catorce años. Ha publicado el poemario Espejo negro (2001). Su segundo libro, Bella durmiente (2004), fue finalista del XIX Premio de Poesía Hiperión. Poemas suyos han aparecido en diversas antologías.

Tatiana Oroño - Uruguay, 1947

VELO POR MÍ

Me concedo

cuidados. Acontece que hago

por mi vida. Segrego mi capullo como un ajuar
trenzo mi última edad me envuelvo
en mis edades. No he
de entrarme
en años

sin tomar providencias. He de hilar
la crisálida. Perlada
de roturas. Suturada de nudos.

Ensaliva su seda la devana
el abdomen

con tacto secretor con oficio
envolvente. La boca
desdentada no deja de lamer recubrirse. En esta larva ungida
de babas cuidadosas
cicatrizan suntuosas cabelleras o medran algas
de doble densidad
y canutillo

acuáticos caireles y pinzas de cangrejo. El desgaste
emparenta lo dispar muele la cáscara tritura los relámpagos

en cada caso. El capullo es un nido

que se autodestina. El capullo
de añarse de añejarse. Lo he cosido
con agujas y dientes con las muelas más fuertes
con pechos y caderas. Es labor de mis días. Muselina
envuelta

en derredor. Membrana

que me enjoya.



NOSTALGIA E IMPACIENCIA

eso, impaciencia
más ancha que los cálculos y los marcos
teóricos. La esteparia impaciencia
la nostalgia simún nieves eternas
taigá, pampa sin mapa.

No hemos tocado
cosas sino latencias. Pulsos.
Altas palpitaciones.

Nuestra vida agitada tela blanca.

Ojalá
el que lea estas líneas
reconozca su patria, esta manera
de ser joven aún

de haberlo sido en el 68. De serlo. Hoy.

Mecha, la vida no es
una es el total
de las vidas perdidas la tarde
de este día donde escribo
tus ocho años de cárcel

y el destierro en las aguas de un destino

que bracea

y devuelve
hijos criaturas que vivan
a la orilla.

Era la historia nuestra este caudal de vientos

y la ola quebrándose en la cima

nuestra vida. Aire en seco.
Llover
sobre mojado.



EL DESEO

Todo tuvo la forma
que no tuvo. Pero tiene

el deseo

persistencia una forma
fluida un amarre
de aguas. Más

del 50% de los cuerpos
es agua

tornasol del abrazo
molecular de hache
en torno a O.

En la suerte corrida en lo vivido
en su fe de bitácora
cuenta

ese suelo lacustre esa morada móvil esa frontera líquida

su espermático
don
de dividirse

en flujos en

regatos en subsuelos
barrosos. Mi mano palma y dorso
también es agua orilla
burilada por el deseo
que siempre borra el trazo.

Tanta agua humedece la historia.
Hace duda su suerte. Húmeda.


Breve reseña


Tatiana Oroño, nació en San José, Uruguay, en 1947. Poeta, profesora de Lengua y Literatura Españolas, con Maestría en Literatura Latinoamericana. Obra poética publicada: El alfabeto verde, 1979; Poemas, 1982; Tajos, 1990; Bajamar, 1996; Tout fut ce qui ne fut pas, Ed. bilingüe, 2004. De ella nos comenta que el poeta y ensayista Luis Bravo: “Tatiana Oroño es una voz referencial en la poesía uruguaya actual. De contención formal, de sensitividad precisa y de intimidad pensante se nutre el cuerpo de su escritura. La conciencia del lenguaje como cuerpo propio hace que su poesía se presente como (en) carnadura del sí mismo: “escribir para ser una, echar cuerpo”, dice. Su poética aproxima lo emocional desde una cierta distancia enunciativa. Así los infinitivos y los usos reflexivos adquieren protagonismo: “Dar cuenta empecinarse / en dar/ ciertas razones/ de ser”. No por esto es “impersonal” sino que su materia verbal trasvasa lo entrañable sin la imposición enunciativa del “yo”: “poesía es/ cuando no le hago sombra/ cuando filtra/ porosa/ persuadida/ no yo, este comportamiento/ esta manera dada sostenida /adentro / afuera”. Su observancia reflexiva surge “alrededor de” la circunstancia de ser y de estar como mujer entre las cosas y los hechos cotidianos. Pero esa “circundancia” no es mero registro de lo circundante/ circunstancial sino su forma de “escanciar hacia /un centro/ sin corona ni premio// (....)/hacia un centro infalible de latidos”. El resultado es el de un “parco aviso” que mantiene a rienda corta la denotación mientras la reticencia filtra lo no dicho entre lo dicho. Así lo explicita en “Palafitos”: “Las palabras se sostienen en lo que no está dicho todavía, en lo que está dicho a medias y en lo que no se puede decir”. Con un afinado sentido de la composición plástica sus versos se diseminan en el blanco de la página, ofreciendo ese espacio como reverberación de la voz escrita para quien la lee entre líneas. De su poesía ha dicho Gérard Blua: “una suerte de confidencia a la escucha del otro, para que mañana no sea una vasta diferencia”. Sólo que “confidencia” en Oroño no es confesionalismo sino un lúcido dar cuenta de lo que queda por descubrir entre las palabras: “una tela del alma/ sin usar”.

Miguel Barnet - Cuba, 1940

FE DE ERRATAS

Donde dice un gran barco blanco
debe decir nube
donde dice gris
debe decir un país lejano y olvidado
donde dice aroma
debe decir madre mía querida
donde dice César
debe decir muerto ya reventando
donde dice Abril
puede decir árbol o columna o fuego
pero donde dice espalda
donde dice idioma
donde dice extraño amor aquel
debe decir naufragio
en letras grandes



Cómo cuesta en este planeta amarnos
con tranquilidad
Pablo Neruda


Mientras en las asambleas y en los corredores se discute sobre el improbable equilibrio del mundo
y el diferendo Norte Sur o Sur Sur o Norte Norte, que para el caso da igual,
porque los pobres seguirán siendo pobres
y los ricos seguirán siendo ricos,
yo me pregunto por qué no me dejan tranquilo
cazando lagartijas, colectando memorias ajenas,
santicos de madera y oraciones
y dándole alpiste a mis canarios,
por qué husmean debajo de mi almohada,
por qué socavan a mi errante y solitario corazón,
si yo no soy más que un hombre
atado al mástil de un velero
contra un oleaje inmenso
en medio de una tempestad.


*

He descubierto un objeto inusual
con el que puedo experimentar
una inmensa felicidad

Se trata de una máquina
que remedia el dolor y hasta la melancolía

Para armarla se requiere de una técnica
un poco complicada
y de un carpintero avezado
con todas las mañas de la carpintería

La he propuesto mil veces a mis amigos poetas
y ninguno la quiere experimentar

Es verdad que se requiere también
de un poco de paciencia
y sangre fría
aunque ella al final logra su cometido

Pero ninguno la quiere experimentar
Obviamente mis amigos son almas atormentadas
y masoquistas
por lo que destruiré mi máquina
y seguiré siendo el mismo tonto de siempre
cuando había hallado la inmensa felicidad




Breve reseña

Miguel Barnet. Cuba,1940. Poeta, narrador, ensayista, etnólogo, musicólogo y guionista. Colaboró con Alejo Carpentier en el Instituto Cubano del Libro y con Nicolás Guillén en la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba, institución de la cual es fundador y actualmente Vicepresidente por elección. Es el escritor cubano vivo más publicado dentro y fuera de Cuba. Su bibliografía exhibe los siguientes títulos: La piedra fina y el pavo real, Isla de güijes, La sagrada familia, Oriki y otros poemas, Carta de noche, Mapa del tiempo, Viendo mi vida pasar y Con pies de gato (poesía); Autógrafos cubanos, La fuente viva, (crónica, ensayo); Akeké y la jutía, (fábulas cubanas). Biografía de un cimarrón, Canción de Rachel, Gallego, La vida real y Oficio de Ángel, (novelas-testimonio). Actualmente escribe una obra sobre los sistemas de adivinación de la santería cubana y algunas crónicas de sus viajes a África y Asia. Sus inquietudes etnológicas lo llevan a la Literatura para escudriñar en los componentes étnicos de lo cubano.

Linda Vilhjálmsdóttir - Islandia, 1958

RAPSODIA

la palabra
al comienzo luego marea alta
luego marea baja y ahora oímos el murmullo
a lo lejos pesado y fuerte



POEMA DE MADRUGADA

Estoy hecha
de luz y aire

sobre mí
un ave marina que vuela

debajo de mí
el verso de un poema

el mar
reluce y brilla



ISLANDIA

Océano azul
profundidad oscilante
sonido azul
océano

rocas grises
precipicio amenazante
sonido gris
rocas

(Dedicado a Islandia)


Breve Reseña

Linda Vilhjálmsdóttir. Reykjavik, Islandia, 1958. Ha publicado poemas en periódicos, revistas y antologías desde 1982. Libros de poemas publicados: Blathradur (A thin tread), 1990; Klakabornin (The ice children), 1992; Valsar úr sidustu siglingu (A waltz from my last sailing), 1996; Oll fallegu ordin (All the beautiful words), 2000; Frostfidrildin (The snow butterflies), 2006. También publicó la novela Lygasaga (A story of lies), 2003. Suyos son sus obras dramatúrgicas: Nulla mors sine causa, 1996; Hotel Hekla, 1999 y Thad klikkar alltaf eitthvad (Something has got to give), 2002. Su escritura es personal e intimista y en su poesía expresa su experiencia vital. Al mismo tiempo, en su obra predominan el sentido del humor y cierta ambigüedad, que combinadas con su agilidad lingüística abren a su poesía posibilidades inesperadas.

ABDULLAH BASHRAHIL-Arabia Saudita, 1951



LUZ, ARCILLA Y ALGODÓN

Al fondo del instante medito sobre cómo pasa
sin consentimiento.
Lapso de tiempo, aguja hilada que penetra lo
profundo.
Confeccionando mantillas y sudarios
Todo es blancura algodón y hueso, y la piel es su
ornamento.
Abigarrada
Del blanco proviene la arcilla
De allí la bestia, de allí el hombre
Medito sobre el néctar rojo
Cayendo en la misma vena
Y las parcelas de luz levantándose
Rayo de un pequeño sol yaciente en las profundidades
Encendiendo el agua de olivo
Alumbrando el universo
Ahora vida tiempo y espacio
Pueda el calor del sol apagarse
Para amordazar los tiempos.



EL MONSTRUO

¡Oye! No digas
Que un ogro habita los matorrales
Devorando el ganado
Deleitándose con la sangre de generaciones
Violando las estaciones
Con cientos, o más bien, miles de brazos
Y una apariencia de garras
Como filos cortantes
Avanzando en el borde del viento
Cabalgando el embrutecimiento
Antes se le comparaba con un pavo real
Pero una vez que le salieron los colmillos, mostró ser
Un perro salvaje
Y como tal escarba siempre en los vestigios
Como si fuera un sepulturero.
Liberando a los muertos, soltando a los condenados
Sediento, irrigando el desierto nocturno de las lágrimas
del abandono
Retrocediendo el tiempo
Resucitando los espectros Mongoles
Como el silencio luego el silencio
Consideran-que el silencio es el testimonio de la lucidez
El que consoló la ignominia
Y las sonrisas
Durante la infancia o la juventud o la madurez
Para la humillación existe una escuela y una función
Que comienza con el miedo las quimeras y los
dolores
Provenientes de las arrugas de las tinieblas
Y de los ecos de las pesadillas
Viviendo en la candidez de los recién nacidos
Figura del miedo
Quien se marchita en las flores de los campos
Tal fue el eco un sonido estruendoso en el aire de los
ancestros apareciendo en las noches sombrías
Y las nubes dejando aparecer el sol
Desde que son la coartada para asesinar la vida
En los corazones de los caballeros y de los valientes
Pero cuando se volvió a levantar la conciencia
La debilidad reconoció
Que las quimeras le extraviaron
Y que las quimeras son un monstruo
La voz, la diversión y el tamborilero La rama danzando
Con los cantos de los pájaros interrogándose
¿Podrán los espíritus liberarse?



PARA ELLOS LA CARNE DESHUESADA

El pueblo árabe apoya a su asesino
Hace un siglo que sufre su andanza y
está quedando sin aliento
por sembrar de espigas la tierra
Para que esté conforme la injusticia nuestro líder
esta patria duerme en sueños tibios
Se divierte mientras agoniza Contemplando el
Presente y el futuro
De la mirada y el silencio
Acechando la cita sangrante
De la tempestad y el rugido del voraz león
Y el eco de los momentos, tendiendo sus deseos
Como si el mundo estuviera hecho de insectos
Así lo dice el portavoz de la casa negra
Y entonces si menos de un millón de muertos
O más de un millón
Por lo tanto más de un millón
Por lo tanto la excusa es de los cadáveres de los errores
Ya que la guerra tiene por víctima a los muertos
Pero nosotros vamos a liberarlos, curarlos y
enseñarles
Cómo expoliar los alimentos
Y nosotros cambiaremos toda vuestra cultura y vuestra
religión
Y volveremos para mataros
Para comeros
Desde vuestros comienzos hasta vuestro final
Los jefes de las naciones se niegan, refutan luego
Se ponen de acuerdo, tienen diferentes opiniones
Se oponen, luego se excusan
Y nosotros vemos las generosas imágenes en la
televisión
Miramos al árabe Antara fumando el cigarro
Y palpando la ignorancia revistiendo la ignominia
Providencias promovidas por los buenos que se han reunido
Y finalmente las tinieblas desposan la luz
Mientras ocurre el eclipse del sol y la retirada de la luna
Y el astro lapidado
La tierra se convierte en desastre
Nosotros no vemos más que tinieblas
Y considerables gritos pidiendo ayuda pero el sabor
se les fue
Y el resplandor de una declaración de mediadores
Confirmando la bajeza y recomendando el
síncope
Dos condiciones, dicen
Una:
Que nuestro verdugo devore la carne de nuestra nación
Y la otra:
Que los mendigos guarden los huesos.

Breve reseña

Abdullah Bashrahil. Arabia Saudita, 7 de abril de 1951. Ha publicado los libros de poesía: Mi torturadora, 1978; El amor mi destino, 1980; Fuente sedienta, 1986; El miedo, 1988; Poemas de los acontecimientos del Golfo, 1990; Lámparas del viento, 2002; Espadas del desierto, 2002; Declaración de las brisas, 2002; Lunas de Meca, 2002; Sótanos de las ilusiones, 2003; La soledad del alma, 2003; Rúbrica, 2005 Es Presidente del consejo administrativo del grupo Basharahil para el desarrollo, fundado por su padre, filántropo reconocido en la Meca. Miembro de la Asociación de la Literatura Moderna en El Cairo. Miembro fundador del Consejo General para la Enseñanza Musulmana en la liga del mundo árabe.

jueves, 28 de febrero de 2008

Ida Hernández Caamaño -República Dominicana, 1949

TE RECUPERO A MI MODO


Yo no quiero hacerte realidad

sino

convertir todo el recuerdo

en un suspiro infinito,

canto, flor de lluvia

que huele y no me toca

abrazando en una brizna tu tristeza

hasta el cansancio.

Te recupero a mi modo;

sin olvidar el polvo

ni pensarte a diario

te veo etéreo,

y en la distancia

te siento más cercano.

Quiero desenhebrarte

traerte al horizonte

nuevamente

sin quemarme las manos

ni ahuyentar las palabras

guardándote en secreto

como un misterio ajeno

que ya no puedo descifrar

porque estoy sola,

lejos de tus arenas

temiendo falsearte

al invocar las circunstancias

de tus alrededores,

de mí y de todos los que como yo

se extraviaron contigo

de modo diferente

y sin embargo igual,

perdidos, reencontrados por siempre.

Te me deshaces en la memoria

y aun así quiero

no pisar por tus calles asfaltadas

ni conocer el murmullo

que te encierra,

para dejarte libre

el mito que se clava

en mi melancolía

que nunca,

sin romper el hechizo

tantas manos ausentes,

convertidas en polvo,

en nada,

la instalaron sin límite.




OH MELANCOLÍA


Esta melancolía de mi ser,

que ha nacido en el tiempo,

encontró en él su forma

desparrama y escurre su resina

entre todos aquellos que soy

que me hace ser yo misma en lo adelante.

Con ella me reitero, desaparezco

y vuelvo a cimentar mi existencia

sobre un hilo fino, persistente

que se acuna en su origen

y me recorre haciendo magia

con todo lo que toca.

Yo sigo siendo

como un espejo turbio

de aquellos que han querido

mirarse en el silencio

permaneciendo a veces

a través de mis ojos.

Sigo cual desafío

con los pies saturados de promesas

para andar, desandar y quedarme

resuelta a no descansar nunca

conciliando pedazos de mi sombra

recogidos en la huella que pasa y me detiene.

Oh melancolía

tú me llenas sin piedad de fuerzas locas

y luego me abandonas

al porvenir oscuro

que no busco ni alerto.

Tú sabes poner el límite perfecto

al universo

cuando moja la lluvia

el ayer solamente

y dejas resbalar sobre el cuerpo entumecido

una gota de rocío que llega hasta mi boca.

Eres lágrima de montaña lejana

que anunciada

desciende suave y penetra la vida,

te ubicas en el centro mismo

de los amaneceres y en todos los momentos;

me haces ver hacia atrás, hacia la nada.

Oh melancolía

traducida en la tierra con gaviotas y mares,

en tiempo del mundo

que levanta la vida sobre el viento

persistes en inundar el cuerpo

con recuerdos de dolor, de muerte,

soledad y silencio

acunando en la memoria

la esperanza del canto, la voz,

la palabra extrañada

que tendida en el sueño se recobra de olvido

y tiene en sus colores de crepúsculos

el sabor de infinito

como el amor de ausencia.




COSECHAS DEL TIEMPO


Estoy como desnuda

y para ello

arrojé mi piel cual los lagartos

quité a mi corazón sus experiencias

comenzando la vida

con mis años a cuestas

que sirven para remontarme

sin perder el pasado

que me trilla razones

restaurando memoria

que desentierran sueños.

Voy recogiendo el tiempo

de aquellos que legaron sus palabras

de quienes presentaron credenciales

ante el mundo,

con su canto,

con la voz del dolor, la trascendencia,

el origen y todo lo que adentro se aprisiona,

de lo que guarda el elan que nos fija a la tierra

y se queda presente en la esencia del viento.




HIJA


Una perla nacarada creció en mí

en septiembre, sol del mundo

emigró de los mares, se colocó en la tierra

en una media isla, entre mis manos

yo la entrego a la vida poco a poco.

Esa perla callada, esplendorosa

atesorada en mí, lleva nombre de poesía

cubre ternuras, recoge sus destellos

irradia por las noches

desde su umbral mi sueño.

La mecen golondrinas en invierno,

y un cantar de gaviotas

y mi piel, mis palabras

se derraman en ella lentamente

para centrar mi vida con la suya.




RELEVO EN LA PALABRA


En honor a ti y a tus deseos

levanto la palabra que se escondió en la bruma

recojo de tu vientre lo callado y no dicho

descifro en la penumbra

de tu sueño entrecortado

que en mis manos se expande,

y en mi ser se hace eco,

tu palabra perdida para decir por ti

lo que en tu voz oculta

fue la vida, el dolor y la muerte.

Te recorro en tu carne que es la mía

y buscando comprenderte en el silencio

llega en la soledad un homenaje

a tu existencia transida

que se agotó en el camino hacia la nada,

a tus cenizas que empolva el horizonte,

a todo lo que de ti pernocta

debajo de la tierra humedecida y caliente

imagen y palabras entrañadas por siempre

que a mi ser sobrecogen

en tu ausencia infinita.




LA VIDA EN MEDIA ISLA


Bajo un techo de nubes de esta isla

que sin ser toda nuestra

vive su historia, su vida

cada quien.

En ella estamos.

En ella, donde se enredan los dedos

de soledad y silencio enrarecido

donde es preciso hacer un hueco

para alojar temprano la tristeza,

y un puñado de angustias.

En esta isla pequeña

encontré en las tardes de la vida

un trillo fino de ternura

un oasis profundo para abrevar pasiones,

multiplicar la vida

soñar la trascendencia misma

dejando jirones de amor

impresos en el viento.

Allí le crecieron raíces a mis pies

importunando el vuelo hacia los sueños

apegándome a la tierra calurosa

abordando las orillas del mar que me rodea

como viajero eterno que se amarró a su mundo

para volver al centro, empuñar la palabra

y jugar con mi acento, con mi voz apagada

golpeando la esperanza

resguardada en los humores del tiempo.

En esta media isla,

cruzo por la penumbra y me quedo en la sombra

entrego en cada edad, en mis transmutaciones

la visión del contagio con los años,

hago sonar los dedos intranquila

abono la paciencia

yendo y viniendo de mí hacia los otros,

de los otros a mí, de los otros a los otros

de mí hacia mí misma, hacia la nada…




Breve Reseña



Ida Hernández Caamaño. Manzanillo, República Dominicana (1949). Poeta, narradora, articulista y docente. Se graduó de Doctora en Derecho en la Universidad Autónoma de Santo Domingo. Hizo Postgrado de Especialización en Administración y Planificación de la Educación Superior en el Instituto Tecnológico de Santo Domingo (Intec) y es egresada de la Universidad de Santiago de Chile y la Organización Universitaria Interamericana. Entre 1979 y 1994 trabajó en el Intec, donde desempeñó varios cargos, hasta ocupar el de Decana de Servicios a la Comunidad Académica. Su conocimiento de la universidad y su identificación con su mística educativa, le permitieron escribir la historia de los veinticinco años de la entidad. A partir de 1995 es profesora de Derecho Laboral en los programas especializados para maestros y directores de centros educativos, y responsable del Círculo Literario de esa institución. En 1981 comenzó a publicar artículos sobre asuntos laborales, la condición de la mujer y otros temas en las páginas del suplemento Isla Abierta, del periódico Hoy. En 1993, apareció su primer poemario, un libro cargado de añoranzas, Viajera del Polvo, en el que evoca su pueblo fronterizo y su adolescencia en Ciudad Nueva, en Santo Domingo. En las páginas de Oh Magazine, del Listín Diario, dio a conocer una serie de estampas en la sección “La mirada¨, escritas a partir de fotografías sobre los más diversos temas. En las revistas Ysabela y Mujer Única, aparecieron sus relatos de amor, reunidos posteriormente en el libro El amor todos los días (2001).