CIC Colectivo La silla

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Chile

domingo, 9 de diciembre de 2012

Carlos Ordenes Pincheira, poeta chileno, nacido en 1939 en Santiago de Chile.





Su obra es muy prolífica, ha publicado 25 libros entre los que se encuentran Grillos del alma, La tierra pide silencio, El cielo sobre los árboles tiembla, Alguien camina sobre mi tumba, La ciudad soñada y Llanto milenario.


EL MILAGRO DE LA VIDA

Hoy la tierra es un cantar,
se estremece la montaña,
hoy es bella la cizaña
y es más dulce el caminar…

Alegre el viento se sienta
a contemplar los caminos
que se llenos de trinos
porque el cielo está de fiesta…

El milagro de la vida
es un regalo de flores,
tiene campanas, colores,
tiene una antorcha encendida…

Tiembla el mar en su campiña
y todo un rebaño de olas
y también las coracolas
¡porque ha nacido una niña…!

-

Carlos Ordenes Pincheira difunde además su obra a través de sus blogs en donde podrán disfrutar de la poesía para adultos que es también una poesía tan profunda, y dolorosa, tan bella y verdadera que se hace imposible no rendirse ante ella, tal como puede apreciarse en este fragmento de su poema Incertidumbre perteneciente al libro La tierra pide silencio.

-

“(…) Más allá
de la lluvia,
de este hueso harapiento
que apenas puede sostener la niebla,
tal vez
se me permita
esculpir una estrella…
sí, tal vez…”.

-
CARLOS ORDENES PINCHEIRA

POEMAS DEL MONSTRUO DE LA LAGUNA VERDE

PÁJARO DE ALAS DE MUERTE

IX

Se han despedazado los astros dentro de mi cabeza.
Un pájaro de alas de muerte
picotea mis pulmones.
Antiguos esfuerzos cayeron a un tarro de pálidos olvidos.

Ya no se reconoce
cómo mis brazos se rompieron en la lucha por sostener
la dorada esperanza del pan en alto.
Es como si no hubiera estado durante siglos.
Ya no vale haber amaestrado un sol. Perdí mis años azules
entre tierras y hojarascas,
podas y himedades.
Si una lágrima o una piedra me cercaban, no había nadie
en ese helado desierto.
Me vi obligado a caminar cabeza abajo en procura de raíces
que iluminaran
esta miseria de ser en un pedazo de mundo estúpido...

La oscuridad me sorprendía pateando ayeres y deudas.

¡Deberé rastrear calles hasta desaparecer?
Sacarme de esta orilla equivale a perecer
entre los árboles de una noche siempre naciente.
Vivo entre duras aristas.
Ya no tengo ni ángeles para echar a caminar sin rumbo.

 

X

BÚSQUEDA

Bestia, palpemos a Dios en este olor a pasto recién cortado...
¿Morará en esta roca,
en este ojo helado por la muerte...?

Acaso en el corazón de la laguna
palpite alguna señal,
dejemos estacado el gemido,
sigamos buscando
en la piel oscurecida del dónde,
en el aire,
más allá de las gastadas palabras,
hasta que tú y yo seamos una breve porción de olvido...

jueves, 15 de marzo de 2012

Winétt de Rokha, Chile ( 1892-1951 )


Poema Cabeza De Macho de Winétt de Rokha


La mancha trágica de tus cabellos,

encarna un mar fascinante y entenebrecido.

Albea tu frente magnifica, escrita de surcos,

y tus sienes como dos azucenas puras.

Tus cejas y tus pestañas interrogadoras

recogen la esmeralda enferma de tus ojos.

Se destaca en la oscuridad del fondo

tu nariz de águila meditativa.

Tus labios destilan dolor y pasión

y están maduros para el beso.

Piedra con alma, sonríe tu cara de ídolo

dormida en la canasta de rosas de mi pecho.



Poema Rueda De Fuego Sin Lágrimas de Winétt de Rokha


Era el tiempo inmóvil de la flor del jacinto;

(cuando yo era como las manzanas).

Y tú viniste, como todas las cosas,

que se encienden en el universo:

las tempestades, las sombras de la vida.

Y sin embargo…

venía tan nueva la composición de caminos de

bronce

que andabas edificando.

Mirándote me conocí, amándote, ¡oh! amándote

encontré el evangelio

de mi alma, ya cansada antes de ser.

Y sigo inquiriendo, y sigo esperando

arrancar de tu espíritu la razón de mi angustia;

sabiendo que me has dado todo lo que trajiste de

la muerte,

sabiendo que defines mis pupilas de carbón de

piedra,

sabiendo ?que moriré llamándote? …



Poema Estaño de Winétt de Rokha


Entre las piedras, brotadas de musgo,

se estancó la pena,

como agua de lluvias desmemoriadas,

Flor malsana,

mujer eterna, abandonada y obscura

mano de pétalos de aluminio.

Caravana de polvo, siniestra,

multitud de agujas envenenadas,

rebozo gris, gabardina de ocaso,

Mis dedos tranquilos y castos,

desdoblaron del arpa terrosa

sonidos de cuerdas vencidas.

Fue la pócima de niebla,

óleo de rosas negras,

enloquecidas sobre mi frente. . .

sellada por siete sellos de plata.



Poema Fotogafría En Obscuro de Winétt de Rokha


Resuena en las amapolas del cielo

mis historia de piedra dormida,

desde el suceso inmemorial de los crepúsculos.

Prolongo mares de árboles

besando el camino sin término.

Entrego a la vida mi sombra

de calle tranquila;

-balcón en la ciudad de los arabescos inusitados-.

Amo la línea que se escucha,

como el color inicial de la aurora, traduciéndose

en la palabra del hombre

o en la palabra roja del trueno.

Majadería de niño, que lanza su honda al espacio,

camina mi balbuceo discontinuo

creciendo del mar y del sol su mariposa.



Poema Otoño En 1930 de Winétt de Rokha


Sobrecogida, bajo el arco cándido

de los vientos azules,

arrojo desde mi balaustrada en avance,

(como labios que van a besar),

la mirada hacia el océano amarillo.

Todo vive ese olor mojado

de rasal llovido y de naranja;

el gato -flor de cardo de invierno-

se elctriza y se hace cantar,

las moscas buscan las vigas ahumadas,

las gallinas cloquean y sacuden su ropa interior;

y mi corazón

trata de acomodar su tristeza de velos desgajados,

descalza y sin pupilas.



Poema Padrenuestro de Winétt de Rokha


A menudo la soledad,

con su gran rumor de silencio,

merodea en mi alma.

Las almas oscuras de los murciélagos,

azotan ilusiones sombrías en los vidrios.

Friolentas, las chimeneas

echan su aliento triste,

hacia los caminos libres y sin huellas

del cielo y del tiempo.

La respiración de flor del niño

ahuyenta los malos espíritus,

mientras voy trizando la mirada

en la negra arquitectura de los libros.

Mi lámpara,

como la hoja trágica de un puñal,

atraviesa el corazón del alba.



Poema Trenzas De Humo de Winétt de Rokha


Porque los exaltados nubarrones

descienden en la soledad del amanecer,

y los altos tejados inyectan su veneno de hastío,

y sobrepujan

a la onda exterior y superficial del día.

¿De dónde han venido aquellas mariposas

tan amarillas,

a deshojar un collar de ébano

alrededor de mi garganta,

que es un lirio entre dos abismos?

Allá los corderos mudos,

sacrificados en el marco de la mañana;

allá los volcanes libres y los pensamientos,

los caracoles rubios besando las bocas

de las campanillas jugosas.

La danza inmediata de aquel viento que huele a muerte,

encuclillándose a mis pies, ahora,

palpándome las sienes con una gasa desprendida.

La claridad en los ojos risueños

como el advenimiento de Pentecostés.

Mi corazón se precipita

a la orilla de los horizontes sin medida,

deteniendo hélices,

con un puñado de ópalos en acción,

y, como si todo, absolutamente todo

ocurriera,

estoy en las fronteras del sentido habitual,

mirando cómo las piedras,

(sin que nadie las escuche pensar),

lavan su cara

con la inmovilidad del tiempo.

Pareciendo mí ser una hoja de platino.


BIOGRAFÍA

Poeta y ángel de la penumbra

Luisa Anabalón Sanderson, Winett de Rokha, nació en Santiago el 7 de julio de 1892, en el seno de una familia compuesta por el coronel de ejército Indalecio Anabalón y Luisa Sanderson. Su abuelo materno fue el políglota y gramático, traductor de Safo de Lesbos y de Ovidio, Domingo Sanderson.

Realizó sus estudios en el Liceo Nº 3 de Santiago, donde se destacó como la mejor alumna en la asignatura de castellano, durante toda su etapa escolar.

Su producción literaria, la que la define como poetisa, comenzó con la publicación en la revista Zig-Zag de algunos versos dedicados a San Francisco de Asís. Posteriormente, en 1915, firmando con el seudónimo de Juana Inés de la Cruz, presentó sus primeros libros: Horas de sol y Lo que me dijo el silencio.

En 1916 contrajo matrimonio con el poeta Pablo de Rokha, tras lo cual adoptó el nombre de Winett de Rokha. Si bien es arriesgado afirmar que la obra del poeta influenció a la autora, es posible apreciar desde su libro Formas de sueño, publicado en 1927, un giro en su estilo. En él se estableció la preferencia por el verso libre y por una sintaxis algo alejada de las formas regulares. Incluso, esta obra fue considerada como una de las primeras expresiones de la vanguardia de la mujer americana.

En otros aspectos, se desempeñó como consejera y propulsora del periódico Multitud, cuya consigna era: “Por el pan, la paz y la libertad del mundo”. En una primera instancia distribuyó ejemplares en numerosas provincias del país. Más tarde gestionó la distribución internacional. En 1936, publicó "Lenin", primer poema nacido en Latinoamérica, y escrito por una mujer, dedicado al estadista ruso.

En general la trayectoria del trabajo literario de la autora se caracterizó por una evidente evolución en el lenguaje poético, dentro del cual constantemente se insertaron nuevos motivos e idealizaciones. Se trató de una obra que, en su primer período, fue desde la ternura y la sencillez del amor y las costumbres sociales, hasta la complejidad y compromiso del canto social en su período final.

Así por ejemplo, Cantoral fue la escritura de poemas de inspiración sobre la naturaleza, en la que aparecieron rasgos del modernismo. Luego, en El valle pierde su atmósfera, propuso una visión del continente americano, que osciló entre los períodos de conquista y subyugación vividos en el pasado y los períodos de explotación actuales.

En 1942 inició una gira cultural junto a Pablo de Rokha, en la que recorrieron 19 países americanos, incluyendo México y Estados Unidos. A su regreso, en 1949, se encontraba gravemente enferma. Finalmente falleció el 7 de agosto de 1951. Con motivo de su muerte, Pablo de Rokha escribió Fuego Negro y Winettgonía, publicada en la revista Recados de Santiago, también fue publicada la antología Suma y destino.