CIC Colectivo La silla

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Chile

jueves, 25 de septiembre de 2008

Muhammad al-Magut -SIRIA

Cómo nace la canción

Yo, el que no ha matado hasta ahora
en guerras, terremotos o accidentes de tráfico
¿Qué he hecho con mi vida?
¿Con esos agitados años ante mí
como el mar frente a los pelícanos?
Después que las flores de mis palabras se perdieran
en las cartas y las peticiones de compasión
y fuera dibujado mi futuro
como se dibujan patos en la pizarra del colegio.
¿ Es que he atravesado mis sueños
entre murmullos y a ciegas?
¿O los he dejado deslizar por mi cabeza
como la resina?
¡Ah, las ventanas
escasas del aire de los bosques!
Me ahogo
y mis pulmones saltan fuera del pecho
como ojos huérfanos
y mi voz se extravía como el trueno
sin conocer generaciones futuras a las que suplicar
ni viejas bocas a las que regresar.
¡Ah, los arquitectos que me sostuvieron con piedras!
Me agrieto
como los muros mezclado con el engaño,
ríos
como las nevadas cumbres bajo el sol de primavera.
¡Ay, si los intercambios entre naciones acabaran
como las bailarinas en el teatro!

Traducción de Manuel Jiménez Lucena


Invierno

Como lobos en una estación seca
Germinamos por todas partes
Amando la lluvia,
Adorando el otoño.
Un día incluso pensamos en mandar
Una carta de agradecimiento al cielo
Y en lugar de un sello
Pegarle
Una hoja de otoño.
Creíamos que las montañas se desvanecerían,
Los mares se desvanecerían,
Las civilizaciones se desvanecerían
Pero permanecería el amor.
De pronto nos separamos:
A ella le gustan los grandes sofás
Y a mí me gustan los grandes barcos,
A ella le gusta susurrar y suspirar en los cafés
Y a mí me gusta saltar y gritar en las calles.
A pesar de todo
Mis brazos se abren al universo
Esperándola.


Arden las palabras

Poesía, inmortal cadáver, me aburres.
Líbano arde,
Brinca cual yegua herida al borde del desierto
Mientras yo busco a una chica robusta
Para rozarla en el autobús,
A un hombre de rasgos árabes
Para derribarlo en cualquier sitio.
Mi país se desploma,
Tiembla desnudo cual cachorro de león
Mientras yo busco un rincón retirado
Y a una aldeana desesperada para seducirla.
Diosa de la poesía
Que penetras en mi corazón cual cuchillo
Cuando pienso que compongo poemas
A una chica desconocida,
A un país mudo
Que come y duerme con cualquiera.
Puedo reírme hasta que la sangre
Fluya por mis labios.
Yo soy la flor letal,
El águila que golpea a su presa sin piedad.
Árabes,
Montañas de harina y placer,
Campos de balas ciegas,
¿queréis un poema sobre Palestina,
sobre conquista y sangre?
Yo soy un hombre extraño:
Tengo el pecho de lluvia
Y en mis ojos ausentes
Hay cuatro naciones heridas buscando su muerte.
Estaba hambriento,
Escuchando la triste música
Y dando vueltas en la cama cual gusano de seda
Cuando saltó la primera chispa.
Desierto: tú mientes.
¿Para quién es esta muerte púrpura
y la flor recogida bajo el puente?
¿Para quiénes son estas tumbas
inclinadas bajo las estrellas,
esta arena que nos das
cada año cual cárcel o poema?
Ayer regresó este héroe de labios delgados
Acompañado por el viento, los tristes cañones
Y su larga lanza brillando cual puñales desnudos.
Dadle un anciano o una prostituta,
Dadle estas estrellas y las arenas judías.
Allí
En medio de la frente
Donde cientos de palabras agonizan
quiero la bala de gracia.
Hermanos,
He olvidado vuestros rasgos,
Aquellos seductores ojos.
¡Dios mío!
Cuatro continentes heridos en mi pecho.
Creía que conquistaría el mundo
Con mis ojos azules y mi mirada poética.
Líbano: mujer blanca bajo el agua,
Montañas de pechos y garras.
Grita, mudo,
Alza los brazos
Hasta que estallen las axilas
Y sígueme.
El viento cubierto de campanas.
Sobre los rostros de las madres y los cautivos,
Sobre los versos y metros decadentes
Verteré fuentes de miel,
Escribiré sobre árboles o zapatos,
Rosas o muchachos.
Aléjate, desgracia,
Bello muchacho encorvado.
Mis dedos son largos cual agujas
Y mis ojos son dos héroes heridos.
Desde hoy no habrá versos.
Cuando te derriben, Líbano,
Y se acaben las noches de poesía y frivolidad
Dispararé la bala en mi garganta.

Traducciónes de María Luisa Prieto


Reseña

Muhammad al-Magut nació Salamiya, Siria, en el año 1934, muere en 2006. Tuvo una infancia humilde y fue un gran autodidacta. Se lo reconoce como uno de los más destacados poetas árabes de los últimos tiempos y pionero en la renovación de la poesía árabe. Se destacan las siguientes obras poéticas: Tristeza a la luz de la luna, 1959; Habitación con millones de paredes, 1964; La alegría no es mi profesión, 1970. Escribió varias novelas, obras teatrales y guiones cinematográficos para reconocidas películas árabes. Recibió, entre otros, los reconocimientos Premio Al Nahar de poesía, 1950; Premio Said Aql de teatro, 1973; Premio de poesía de la Fundación Sultán Alwis, 2005.


Meisún Saker Al-Kasimi Abu Dhabi- Emiratos Árabes Unidos, 1958

Las huellas que se graban

Perforo la epidemia para llevarla a la luz
Y con perseverancia percibo el dolor
Velada por la mentira de la inocencia,
Entre él y yo ya no hay ninguna grieta
Y las huellas que se graban profundamente
Al tomarse conciencia de ellas de repente desaparecen
Y lo que queda en los miembros
Son menudas manchas del contagio.


La voz y los besos

Los teléfonos públicos,
Tu mano que cierra la puerta,
El parecido entre la voz y los besos,
El primer momento de nuestro encuentro
Y todas estas ramas de un árbol único
Que en el bosque se multiplica.

Traducciones de Khalid Raissouni

Reseña

Meisún Saker Al-Kasimi Abu Dhabi, Emiratos Árabes Unidos, 1958. Estudió Ciencias Políticas y Economía en la Universidad de El Cairo, Egipto. De 1989 hasta 1995 fue directora del Departamento de Cultura del Ministerio de Información y Cultura de su país. Como pintora ha expuesto en Túnez, Bahrein, Egipto, Francia y en los Emiratos Árabes Unidos, además participó de exposiciones colectivas en EE.UU., Siria, Jordania y su país. Ha publicado diez poemarios, entre ellos, La casa, 1988; Un cuento como, 1990; Otro lugar, 1992; El arte del dolor, 1994; Antología personal, 2001.

Saadi Yousef -Irak

El lenguaje del ave totano

Cuando dijimos: nos hemos alejado de las palmeras, los mares aplaudieron con pájaros y olas. Había un cielo celeste bajo nuestras pestañas. Lo imposible no ha de ser el camino a la taberna de la orilla. La camisa que palpitaba al viento era nuestra enseña de estrellas. Nos aproximamos a la fantasía hasta rozar el pórtico y su copa, y tendimos el tapiz de las acequias para congratularnos con la noria.

No es justa la tierra, trasnochemos con las preguntas del mar en la noche y al alba anclemos los puertos. Todavía hay escarcha en los atracaderos y los cafés se adornan orgullosos con ropajes de peces saltarines y de redes. El musgo todavía reverdece sobre la roca y la copa tiene café con alcohol. En la lejanía, en una oscura llovizna, aparecen las barcas de pesca y en las cercanías, un gorro que flota.

No nos acostumbramos al mar. Aquellos desiertos nos hacen señales en la sangre como pañuelos. En el sosiego del sueño despiertan para poblar nuestros sueños y dicen: ¿Hacia dónde es esa huida? Por sorpresa vislumbramos una caravana de camellos que caminan sobre el agua, oímos los cascabeles, pero nos refugiamos en la quietud de la fantasía y después nos enrollamos el manto como un turbante. Somos marineros con turbantes. Camelleros en los mares. Un duro retiro.

¡Dios de los arrabales! Nos has conservado el lenguaje del ave totano, y el grito del pájaro: ¡shilú! ¿Por qué en un instante se transforman las ciudades en una nube?

¡Dios de los arrabales! ¿Es mucho pedir tener una casa? A los animales salvajes les has otorgado el derecho al sueño cuando cae la noche, a las plantas les has concedido la languidez, y a los pájaros, la calma del bosque en la bendición de la tarde. Padre mío, Dios de los arrabales, tenlo presente, no te has equivocado.

Hemos envejecido, y nuestros nietos se deslizan unas veces sobre la nieve y otras sobre la arena. Y nuestros hijos son asesinados. Las batallas están perdidas, Dios mío. ¿No podrías impedirlas? Tú eres el Todopoderoso, ¿nos hallamos, pues, fuera de tu poder? Hoy, una cosa, mañana, otra, y pasado mañana... ¿Comienza la oración? Estoy en casa ahora, en un pueblo inglés. Cae la nieve, el gato maúlla y mi vino está en la tinaja.

La tierra es nuestra morada, de nosotros, sus hijos. Se decía: Quien cultive la tierra sacará provecho. ¡Cuánto trabajamos hasta ulcerársenos la piel! ¡Cuánto se cansó la tierra! Quizá huyó aquel ángel, quizá convenció a las criaturas de que rezaran. Nuestro pueblo estaba sobre el agua. Nuestras chozas eran de caña y de barro; nuestras ropas, burdos tejidos. Es la tierra. Pero nuestros gritos estaban en los límites del canto, y nuestras estaturas eran elevadas.

¿Volverá a nosotros la tierra? Di: Volveremos nosotros a la tierra. Las palmeras del firmamento tienen la copa morena, morena, morena. Estrella de las alturas: te quiero, morena. Me hallo aquí, en extraños arrabales. Mi casa no es mi casa. Mi gente no es la gente. ¡Desciende, tarde! ¡Hunde tus copos de nieve, frío, bajo los huesos! La ciudad lanza sus luces desde lejos. Paz a nuestro candil en la oscuridad. Paz a quien responda al saludo.



A unos visitantes occidentales

Nos preguntamos, por Dios, por qué habéis venido hasta nosotros;
somos pobres
y bandoleros
y pescadores de un pez que no satisface nuestras necesidades diarias
y polinizadores de palmeras, a veces.

Nuestras casas son
lana,
o caña,
o barro con techos de hoja de palmera, a veces.

Nuestra ropa
es una,
sin colores,
ni cortes ni formas, sin cinto...
Incluso estamos desnudos, a veces.

Entonces,
por Dios, ¿por qué habéis venido hasta nosotros?
¿Os gustan, de verdad, las palmeras y el desierto?
¿Os gustan las casas de lana,
y nuestra ropa,
y el barro techado?

No nos queda,
a nosotros, los desollados, más que mostrar la blancura de los huesos.

No os damos,
os rogamos...


Visitación

La nieve cae sobre el cactus, luego un llanto y un café, una estrella
y campamentos, la túnica del sacerdote alquilada por lobos.
Zapatos hechos de cuero fino. Cómo se estremecen las tortugas en
las playas de Hadramout? La luna plena gime
desde el fondo del río... y las muchachas gritan
en su arrebato. No necesito una bala. Mi única fortuna
en este mundo es el muro tras mi espalda. ¡Qué verde
el pasto en las estepas de Shahrazour! Vi una soga
suspendida. ¿Dónde está Yousef? Estaba en los mercados
de Timbuktu... y trabajaba. Una noche
un barco nos condujo a través de las hondonadas de Djibouti.

Mogadishu lanza carne de cordero a los tiburones. No tengo
destino. Tengo un gato que últimamente comenzó a
contarme la historia de mi vida. Eternidad, siempre acercándote
¿por qué me has traicionado? Esta
tarde aprenderé a beber la brutalidad de las flores.
¿A qué sabe la traición? Una vez viajé
transportado por mi canción. Rueda el tren con los soldados...
Rodando. Rueda. Rodando. Rueda. Rodando...
La nieve de Moscú entibia mis lágrimas. No hay virtud en los pastores
al asentarse y al prepararse para el viaje.
...Las ciudades disuelven las aldeas con el blandir de un dedo.
Mi pan está hecho de harina de arroz crudo y la sal de mis
peces es ceniza. No hay opción de que sea su amante
esta noche en el dormitorio de las muchachas. No... Los sábados
me cierra ella la puerta. Quemaré los papeles.
El inspector puede llegar. En el tren nocturno me adormecí
entre cadenas. Y la silla de madera era mi avión
estrellado. Ellos cantan para ti, muchacha
de la taberna del puerto. Los forasteros regresaron de
su búsqueda de diamantes. En la piedra de Hejja
las águilas de Hemair descansan. Una vez casi
encuentro al niño-luna en mi palma. ¡Por qué
la gente abandonó el parque? No quiero tu mano.
No me lances tu soga andrajosa. Hoy he descubierto
otro torrente:
Bienvenida a la vida... Bienvenida, mi otra amante.

Amman, 23/3/1997

Traducciones de Raúl Jaime Gaviria

Reseña

Saadi Yousef nació en Basorah, Irak, en 1934. Poeta, ensayista, traductor y editor. Ha publicado 27 libros de poemas desde 1952, entre ellos: The pirate, 1952; Stars and ashes, 1959; Away from the first sky, 1970; Poems of lesser silence, 1979; Collected Works, 1980; Who knows the rose, 1981; Paradise of the forgotten things, 1993; All the wine skops of the world, 1995 and The tavern of the Thinking Moments, 1997. Ha traducido a Walt Whitman, Constantino Kavafis, Federico García Lorca, Giussepe Ungaretti y Wole Soyinka, entre otros. Editor en jefe de AL-MADA, Cultural Quarterly. Otras de sus obras son: Diary of the last exile, 1984; Thoughts in low voice, 1987; When in the heights, 1989; y Triangle of the circle, 1994.



lunes, 1 de septiembre de 2008

Anthony D. Madrid-Dupuis (Francia- Venezuela)

TRAICIÓN

Asesinemos al poeta
dijo la musa
y la gente corrió
y el poeta corrió.

Entre tanto tropiezo
la musa inmutable
golpeó su cabeza
mil veces
y una más.

Y la gente reía
celebraba
por fin había placer
había arte.

Con la sangre casi seca
del poeta
se hizo un verso
uno extenso, uno grande
uno puro y sin exceso.

Y la gente
ya cansada
de verlo y leerlo
se quedo dormida
entre costras y vinilos
entre coágulos y rezos.

Y llegaron los vientos
y con ellos las ratas
y con estos el tiempo
y luego nada…
y luego nada…

Y la musa ya saciada
ante su poeta muerto
se desplomo entre la gente
a los brazos de su eterno.

¡Que espectáculo hermoso!
la musa y su sangre
el poeta y su verso
la gente y su nada.

Anthony D. Madrid-Dupuis
30 de mayo de 2008


A MIS PAYASOS CON AMOR

Allí van los noveles payasos,
con sus absurdas certezas,
clásica inmunidad del ignaro,
hacia los rieles del raudo tren.

Estoy sentado en el andén,
los veo chocar directo en mi razón.
Sirvo el plato perfecto
y desmenuzan una idea,
cual prolíficos seres en torno a un verso,
uno que habla de mi estupidez,
de lo útil que soy para nada.

Me río, río sin parar
interno, intimo, hemorrágico;
así no advierten la mofa.
Disfruto calmado la escena
mientras limpio la saliva
delicadamente depositada en mi faz.

Pero se acerca el tren,
y como ráfaga se lleva mis payasos,
y todo es sangre y estiércol,
más de lo segundo que de costumbre.

¿A dónde se han ido mis bufones?
Lloro en ausencia,
aunque reconozco el placer de esa ráfaga

Hoy sigo sentado en el anden,
total… …soy el mismo útil para nada,
y río, río sin parar
porque el tren no deja de pasar…
…no deja de pasar…
…jamás deja de pasar…

Anthony D. Madrid-Dupuis

20 de junio de 2008



OTRA OPORTUNIDAD

Hace tiempo visite
un asilo de ancianos,
y al entrar,
solo vi niños jugando
a las escondidas.

Hace poco tiempo
supe de un hombre que moría,
y al ir a verlo,
encontré en su lugar
a una mujer que paria.

Quise visitar una cárcel,
pero al entrar,
solo vi curas
rezando en voz baja.

Me habían hablado
de un incendio
que había arrasado
con todo un bosque,
y en su defecto
solo encontré flores.

Quise visitar el lugar
donde un barco
había dejado
su huella negra,
pero allí solo encontré
delfines jugando
a alcanzar la luna.

Camine un poco
y encontré a un hombre viejo
que dibujaba en la arena,
y al acercarme a él,
vi que lo dibujado
se hacia presente
en el firmamento,
y que a cada lado,
en cada dibujo,
se leía…


…OTRA OPORTUNIDAD…

Anthony D. Madrid-Dupuis
Escrito en algún momento del año 1999
(Probablemente en diciembre)


DE SEMÁFOROS Y EXCLUIDOS

¡Vaya saltimbanqui!
Echa candela y arranca ese cirio,
que lo rojo no muta,
que no arriba aquel verde.
Y entre tanto naranja
el plateado no quiere.

De tiara caída,
e hinojo en la tierra,
parpadeando el naranja,
la vanguardia recrea.

Y calienta el reflejo,
agrietado y sereno,
de hormigones y aplausos
y sudor de tu anverso.

Entornadas ventanas,
entre tantos aislados,
de las manos sin sangre
las monedas emanan;
“ique” honrando al Bolívar
de la patria soñada.

¡Bolívar!
¡¿que hicieron contigo?!

Retorcido en la tierra
de libertarias proezas,
viendo jardines,
muladares de ricos,
a donde van las certezas.

¿He dicho tiara?
¡Que sacrilegio!
¡Si pelo e` guama
es tu sombra
y alpargata tu esencia!

De saltimbanqui a mendigo
en tres colores y un ruido.
No perturbe a la gente
que en asfalto
hay derecho al olvido

¿He dicho tiara?
¡¡¡Por Dios!!!
¡Si sólo los Papas tienen derecho a eso¡

Anthony D. Madrid-Dupuis

12 de junio de 2008



MAESTRA DE CORAZÓN
(Dedicado a Juanita León)


Te recuerdo Juanita,
los años no pasan en vano.
Yo, desmenuzando un recuerdo tuyo.
Tu, develando verdades en otra orilla.
Sobre mi, toneladas de esquirla y metralla.
Sobre ti, otras tantas de tierra, viento y agua.

Te recuerdo Juanita
La plaza, el Bolívar; las guacamayas, la cantina.
Las aulas abiertas, los árboles; los perros, las terecayas.
Los valores, la grandeza; los regaños, los amores.
El himno, su significado; el país, sus razones.
El “Pedro Moreno”, sus tiras; los abrazos, las canciones.

¿Y crees que te has ido Juanita?
¿Quién te dio ese derecho?
Si los indispensables solo son en la tierra,
así Dios los quiera en el cielo

Y luchaste Juanita, lo se…
Y sufriste, también lo se…

El destino engullo tu pecho,
lo convirtió en daga,
y te apuñalo despacio.
¡Sin misericordia alguna Juanita!

¡¿Cómo pudiste dejarte vencer?!
Si de eternidad tu alma fue hecha
¡¿Cómo pudiste dejarte?!
¿A dónde se fue mi escuela?
¿A dónde se fue mi era?


Maestra de vocación,
peregrina donde quieras,
puedes irte mil veces
¿Pero cómo del corazón?


Rememoro la afrenta frente a Bolívar
después de mi ingenuo himno.
Rememoro el calor derritiendo mi soberbia.
al ritmo de despertares,
de conciencias vivas.
Al final de la puesta, ya era un hombre,
ya era un destino.


Te recuerdo maestra mía
De valores y osadías
De luchas y conquistas
De grandes seres que moldeaste con tu mano de pintora
De grandes seres que hechizaste con tu magia de mentora

Juanita mía
De historias y añoranzas.
Recuerdo tu fragancia y tu sonrisa
Y a “Pedro Moreno” en aquella arista


¿Por qué te has ido?
Si despedirme no he podido
¿Cómo darte las gracias?
¿Cómo decirte lo tanto que te debo?

Tendré que ser un gran hombre
para estar a la altura de tu suelo.
Tendré que ser un valiente para honrarte
Tendré que estar a la altura de Pedro y de Moreno.
Tendré que ser Bolívar y ser eterno.
Tendré que ser.


Juanita León,
maestra de vocación,
viaja a donde quieras.
Puedes irte mil veces
¿Pero cómo de este corazón?

Anthony D. Madrid-Dupuis

13 de julio de 2008

Esta selección pertenece al libro Verso en Reverso actualmente en edición.


Reseña

Anthony D. Madrid-Dupuis nace en Tours, Francia en 1978. Vive desde los 8 años en Venezuela. Es médico egresado de la Universidad de Carabobo (UC), especializándose en cirugía general y en cirugía plástica y reconstructiva en la Universidad Central de Venezuela. Fue cofundador del periódico cultural Alternativa de la facultad de medicina de la UC. Escribe poesía desde muy joven y ha publicado sus poemas en varias revistas digitales. Actualmente esta trabajando en la edición de su primer poemario llamado Verso en reverso.

Sitio Web: http://versoenreverso.blogspot.com