Mujer que duerme
La mujer ve la luna cruzar por el rectángulo
y abraza al perro antes de abrirse al sueño.
Luna sobre la piel
piel de sirena
Sueños desportillados
amaneceres blancos
Se estira, lee lo que escriben sus amigos
los ama tanto los ama a todos |
que hay viento norte
A los cincuenta y tantos, dueña de una ventana
de diez metros de largo |
Las sábanas son frescas
La ciudad gime
La mujer sueña
Poeta
El viejo rito me posee
Varias noches sin sueño |
me ahogo en ella y renazco
nueva como moneda
redonda como un sueño
perfecta en mi dolor
recordando sólo lo suficiente del pasado
para construir la
telaraña |
Te soñaba huyendo de mi lado
yo lloraba como tonta sobre los cristales rotos
y encendía las luces para que se advirtieran
las vírgenes |
la curva que la pared dibuja al internarse
en el terreno
denso inexplicable |
Ese de anoche
en el que tú brincabas desnudo
mostrando la piel más oscura de tu sexo
y los dientes filudos de animal en celo
Animal que despierta
Soy la gata que camina dentro de mí
conmigo |
He bajado por el río |
los ambiguos maullidos
Cuando cierro los ojos atravieso los siglos
Las arenas le dieron el color
a esta piel suave que esconde
una flor mojada entre las fauces
el oro egipcio se ve reflejado en la pupila
de esta gata
que demasiadas veces
recuerda su verdadera condición de fiera
La Reina de Saba habría dado la mitad de sus tierras
por tener estas garras
La luna, siempre
Redonda, hinchada de frotarse contra el cielo
rasga mi piel con su delgada luz
Cae sobre mi pelo
con la levedad de una sirena
que no se hubiera dado cuenta
que no posee piernas
Solivianta mi sangre
me enciende de locura
me regala una piel fosforescente
y me convierte
aceite hirviendo
en fauna
(cascos y cuernos y cabello desbocado
bajo el lúbrico soplo de lo oscuro)
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